Jerarquización de los valores morales
Existen, asimismo, ciertas escalas jerárquicas
entre los valores morales que, en medio de un conflicto, nos obligan
a priorizar unos sobre otros. Por ejemplo, la lealtad es fundamental en
una amistad, pero si un amigo ha cometido un delito y la policía nos interroga,
lo correcto sería que privilegiáramos el valor de la honestidad por encima
de nuestra lealtad.
Del mismo modo, en determinadas situaciones podemos
alternar entre uno y otro valor. Por ejemplo, si estamos muy felices festejando
una fecha importante, con música a todo volumen, nuestros vecinos, durante un
periodo de tiempo, comprenderán que deben poner en práctica la tolerancia,
pero si nos excedemos en la duración de la celebración, y a la una de la madrugada
aún mantenemos el volumen al máximo, entonces nuestros vecinos tendrán todo el
derecho de exigirnos el respeto a su sueño.
Los valores morales son fundamentales para
lograr un clima de armonía y de convivencia en las sociedades, en este sentido,
pueden ser regulados por la sociedad misma, a través de sanciones sociales, de
orden privado, o mediante penas o castigos contemplados en el código jurídico
del país.
Referencia: http://www.significados.com/valores-morales/
Relación de los valores morales con el entorno laboral
Existen
un grupo de aspectos que influyen, condicionan y en muchos casos determinan los
valores que es necesario inculcar en la organización o empresa, algunos de
ellos son: la influencia de los fundadores, de los líderes y altos ejecutivos
de la organización; los valores territoriales (región, país) o de la rama,
sector o profesión, los cuales de manera natural o mediante una labor de
orientación hacia ellos permite que se desarrollen en la organización o empresa;
resultados, desempeños y éxitos relevantes de las mismas.
Las
organizaciones que deseen garantizar una conducta y un comportamiento de sus
trabajadores que permita ser eficaces, eficientes y tener la consideración y el
respeto de sus clientes, debe poseer sus propios valores, no sólo bien
definidos y aceptados por todos, sino comprobar sistemáticamente su aplicación.
Los valores de una organización no deben ser abstractos, sino basados en la realidad objetiva y condiciones concretas de su desarrollo, conformando un sistema bien definido que pueda ser enseñado y que a través de su trasmisión se garantice que puedan ser aprendidos y aplicados por todos.
Niveles de los valores morales en el entorno laboral
Dentro
de los valores podemos distinguir niveles diferentes. Un valor de “primer
orden” radica en todas las cosas importantes para nosotros. Un “segundo orden”
consiste en el valor de tener valores, volviéndonos hacia adentro, y
forzándonos a considerar lo que es importante y porqué. Un “tercer orden” de
valores consiste en actuar sobre los valores sin incluso darnos cuenta de
ellos, de forma que se vuelven una parte integral, inseparable de quienes
somos.
El
primer orden de valores en las organizaciones se orienta hacia el
comportamiento, y es correctivo o defensivo en su propósito. Su finalidad es
proteger a la gente y las organizaciones de conductas no éticas. El segundo
orden se orienta hacia la comprensión, y su propósito a menudo es de
transformación o de desarrollo. Está hecho para alentar progreso, aprendizaje,
cambio, perfeccionamiento y evolución en las condiciones bajo las cuales
trabajan las personas. El tercero se orienta hacia el carácter, y es de
propósito integrador o trascendente. Apunta a que las acciones fluyan
naturalmente desde quienes somos, en lugar de hacerlo desde lo que creemos.
Estas
distinciones son útiles para ayudar a la gente a darse cuenta de que hay un
valor en tener valores, y a elevar su consciencia, de manera que vivan
naturalmente de acuerdo a sus valores, y gradualmente los sobrepasen. Alentar a
la gente y las organizaciones a ocuparse en dialogar sobre los tres órdenes de
valores y la implementación de valores en la vida diaria.
Las
organizaciones que crean un contexto de valores, éticas e integridad progresan
del primer al segundo y tercer orden de valores integrándolos en su cultura.
Importancia de los valores morales en el entorno laboral
La
importancia de los valores radica en que se convierte en un elemento motivador
de las acciones y del comportamiento humano, define el carácter fundamental y
definitivo de la organización, crea un sentido de identidad del personal con la
organización.
Son
importantes porque describen lo que es primordial para sus implicados, porque
identifican los resultados que la mayoría espera, guían nuestras actuaciones y
determinan si nuestras organización tendrá éxito.
También
lo son porque, cuando los valores están en línea obtenemos varios beneficios
como son: moral alta, confianza, colaboración, productividad, éxito y
resultados.
Los
valores deben ser claros, iguales compartidos y aceptados por todos los
miembros y niveles de la organización, para que exista un criterio unificado
que compacte y fortalezca los intereses de todos los miembros con la
organización.
Ejemplos de valores morales en el entorno laboral
Valores
morales como los que se señalan a continuación deben practicarse y promoverse
en cualquier organización o empresa:
Orden:
planea tu día anotando tus citas y los pendientes a resolver; ordena tu
escritorio, documentos, archivero y equipo de trabajo, un lugar desordenado
siempre provoca pereza. Si hace falta, haz un horario de actividades y síguelo
al pie de la letra; no te preocupes si al principio no lo vives bien y sientes
que el tiempo no te alcanza, es la falta de hábito.
Laboriosidad:
el punto clave para ser más eficientes es comenzar a trabajar inmediatamente,
sin perder el tiempo pensando cual es la tarea más fácil o agradable de realizar;
tu sabes cuales son las más importantes y necesarias aunque no te gusten.
Procura tener al alcance todo lo necesario para iniciar cada labor, evitando
interrupciones que te obligan a permanecer poco tiempo en tu lugar. Ayuda mucho
no perder el tiempo en el café o platicar sobre asuntos que no conciernen a la
actividad laboral.
Responsabilidad: este valor se vive mejor cuando somos puntuales en el horario de oficina y la
asistencia oportuna a las citas y eventos propios de nuestra actividad;
entregar nuestro trabajo a tiempo, corregido y perfectamente presentado.
Respeto: el respeto se entiende mejor cuando procuramos tratar a los demás de la manera
en que deseamos ser atendidos, saludar a los demás, emplear un vocabulario
adecuado, pedir las cosas amablemente, dejar el sanitario en perfectas
condiciones después de usarlo y evitar inmiscuirse en la vida privada de los
demás, es la forma más sencilla de vivir este valor en la oficina.
Decencia: se debe evitar a toda costa la coquetería con los compañeros del sexo opuesto, sobre todo si existe un vínculo matrimonial. Las buenas relaciones nunca deben dar lugar a comentarios que hagan dudar de tu prestigio personal. Cuidar la forma de vestir y las posturas provocativas. La atención y el trato que debemos a los demás, jamás deben confundirse con situaciones que no corresponden al lugar ni a la relación profesional que impera.
exelente articulo me sirvio muchisimo.....muchas grcias bendiciones
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